Un año más TSF acompañó al equipo en una nueva visita a las vecinas. Tras varias temporadas sin que el otro club de la ciudad estuviera en la división de oro se echaba de menos el recordarles en directo quien es el equipo que lleva el nombre de la capital de Andalucía. Para esta ocasión el Sevilla FC organizó la mañana del partido un entrenamiento a puerta abierta en el estadio, para caldear un poco el ambiente de un derby un poco descafeinado en sus días previos. La peña no faltó a la cita y ocho miembros estuvieron dando apoyo a los futbolistas junto a casi a diez mil sevillistas.
De allí la mayoría nos desplazamos a tomar algo en los bares aledaños al estadio. Tras comer y saludar a la gente de Vengo a Verte nos dispusimos a hacer nuestra tradicional previa en La Escalerita. Poco a poco iban llegando el resto de socios que se desplazaban a la Palmera, casi dos decenas de peñistas en esta ocasión representado a TSF. Buen ambiente incluyendo material pirotécnico traído por gente de la Sección Gines para dar color a la Escalerita.
Una vez llegada la hora fuimos a retirar la entrada y a entrar en el cordón policial que nos llevaría al semiestadio rival. Un año más la desorganización, la mala previsión y el lamentable dispositivo de la UIP fue lo destacable. Una hora hacinados como animales para llevarnos a prisa y corriendo unos cuatro km. Una vez en las puertas las cargas desproporcionadas y la desorganización de siempre para finalmente entrar 10 minutos tarde (algunos incluso 30). No sabemos si algún año se acabará esto y pondrán a gente verdaderamente seria y preparada y no a animales de bellota con casco y porra a cargo de la organización de desplazar 3000 personas, repetimos PERSONAS, a un campo rival.
Por lo demás, el sevillismo espectacular una vez más. Los tres mil sevillistas primero inundando de rojiblanco las calles y callando a cuarenta mil verdiblancos después. En el partido nos merecimos más pero el problema es el de las últimas jornadas: nos cuesta la vida hacer un gol. Por parte de la afición contraria, al igual que la policía, el mismo espectáculo bochornoso de todos los años. Nos perdimos los ¿tifos? pero disfrutamos de seres disfrazados, pelucas, banderas preconstitucionales y del lanzamiento indiscriminado de todo tipo de objetos. Por poco no tenemos que lamentar alguna desgracia ya que más de una botella de litro de cristal estalló en la grada visitante.
Tras una hora acabado el partido en la que los jugadores tuvieron el bonito gesto, instados por el director deportivo Monchi, de volver a salir a saludar a los desplazados, pusimos rumbo a Nervión de nuevo. Muchas de nuestras bufandas se veían ya entre la afición señal de que ha gustado y de que poco a poco va calando entre el sevillismo que por mucho que otros quieran engañarse… en Triana sólo hay una pasión y viste de rojiblanco.
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